Como es adentro es Afuera

Cuando las formas de vida inferiores ven a los humanos como extraterrestres, o quizás como dioses

Continuando con conceptos que te ayuden a sacarte esas dudas ha respecto que Dios no es bueno, vamos ahora analizar la frase que da título a este post. Una excelente manera de entender la máxima cómo es adentro es afuera es echar a andar nuestra imaginación al punto de lograr entender por ejemplo los porqués de una hormiga, los porqués de un león, los porqués de una célula, así como los porqués del propio ser humano.
Siendo así traigamos a nuestra mente esa historia que cuenta que un día Dios enfurecido con la humanidad desató un gran diluvio sobre la tierra, el así llamado “diluvio universal”, en el cual la gran mayoría de la humanidad pereció, y pudo salvarse solo un grupo de humanos gracias al contacto directo del propio Dios a Noé, creador de la famosa arca.

Genesis 7 – Antiguo Testamento.

Ahora, imaginemos entonces que a ese extraordinario universo llamado cuerpo humano, en algún momento de su existencia le toca entrar a quirófano para la extracción de un órgano contaminado de corrupción (enfermedad) llamado vesícula, tratemos de imaginar por un momento que somos parte de las células que habitamos en esa región del universo, en ese planeta llamado vesícula, el cual va a ser arrebatado de nuestro universo por completo, debido a que su dios (la mente omnipresente que lo ve y lo siente todo en ese universo) ha tomado la decisión de eliminar ese planeta pues está poniendo en peligro el equilibrio de toda la galaxia.

Si ustedes fueran células o incluso hasta patógenos que habitan ahí en ese mundo que está a punto de ser destruido para salvar a toda la galaxia llamada aparato digestivo, cómo se sentirían?
Qué pensarían?
Qué harían al saber que se avecina un gran cataclismo que los pone en peligro de extinción?
???
En este universo así como en cualquier otro, los designios de Dios son ley, de eso no tengan la menor duda, pues si no fuera así entonces no sería Dios.

Vamos con otro ejemplo.
En ese mismo universo llamado cuerpo humano existe una extensa y magnífica galaxia llamada aparato digestivo, el cual está conformado por varios mundos, en uno de ellos llamado intestino delgado, habita una especie conformada por bacilos y flagelos llamada flora bacteriana (la que vendría a representar a la humanidad para el ejemplo).
Un buen día la mente universal que todo lo ve y todo lo siente (la mente de ese ser humano) detectó un problema en la galaxia, y dado que desde arriba (desde su pensamiento) no alcanzaba a distinguir con claridad en dónde estaba exactamente el origen del problema, envió una nave espacial con el objetivo de hacer una exploración en toda la galaxia, la misión desde el punto de vista cósmico (el tiempo humano) duraría no más que 5 horas, pero desde el punto de vista de las especies que habitaban el lugar, especies para las cuales un día dura apenas un minuto del tiempo equivalente para la mente universal, dicha misión duraría varios meses, durante los cuales ellos presenciarían aterrorizados como un inmenso ovni sobrevolaría prácticamente todo el cielo de los mundos en que ellos habitan, sin dar explicación alguna, sino simplemente apareciéndose en la noche iluminando con una luz prácticamente como que si fuera de día todo el terreno en donde habitaba la flora bacteriana ( la humanidad) de ese mundo.
Trasladando esta alegoría a la realidad práctica, el ovni inmenso que sobrevoló ese mundo llamado intestino delgado era ni más ni menos que un aparato de altísima tecnología que ya está disponible en nuestros tiempos, llamado píldora endoscópica, la cual es utilizada en medicina (gastroenterológica) para llegar y observar absolutamente todo el tracto digestivo en detalle, cosa que antes la endoscopia y la colonoscopia no podían hacer, dicho examen usando píldora endoscópica fue ordenado por un gastroenterólogo y el paciente era el dueño de esa mente universal que veía y sentía todo en ese universo llamado “su propio cuerpo humano”, pero mientras tanto la flora bacteriana en su intestino, al vivir manifestándose como una forma de vida muy inferior que habitaba en su interior, simplemente no podía saber qué es lo que ocurría cuando tan inmensa y terrorífica nave transitaba por las paredes del intestino, el mundo donde ellos habitan.

Por favor percatate y ten presente que lo que estoy haciendo en este tipo de lecturas es estimularte a que uses tu imaginación para que percibas por ti solo que efectivamente cualquier cosa, o cualquier ser al que puedas llamar Dios, muy pero muuuuy probablemente es simplemente una forma de vida superior a ti, viviendo su día a día y haciendo lo que tiene que hacer para avanzar, con la acotación de que dentro de todo lo que él hace o domina, están implicadas y se ven afectadas de alguna manera, muchas formas de vida inferiores a él, de entre las cuales estás tú mismo, y esto te lo digo así a secas pues a partir de aquí vale que vayas asimilando el hecho de que en el universo los conceptos del bien y el mal no existen, cuando en los mundos inferiores suceden cosas que afectan de alguna manera a las formas de vida inferiores, esto no significa que alguna forma de vida superior es malvada porque destruye sin más a todo lo que está debajo de sus pies, sino que simplemente este tiene que moverse en la dirección que le toca indistinto de lo que haya en el lugar en donde eventualmente le tocará poner sus pies para avanzar en su camino.
Esto lo podrás entender con absoluta claridad para cuando llegues al capítulo del bien y el mal, por lo pronto, entendamos bien que todo, absolutamente todo, es igual arriba como es abajo, y adentro como es afuera.
De esta manera podemos comprender que cualquier forma de vida muy inferior a nosotros, tanto bajo nuestros pies, así como en nuestro interior, muy probablemente nos verá a nosotros como dioses, así como nosotros veremos como dios a alguna forma de vida que de alguna manera se manifieste en nuestro universo como una energía muy superior a nosotros, por ejemplo como en el caso de ciertas comunidades indígenas que ven al sol como Dios.

Siendo así, aplica absolutamente esa frase que dice que somos como dioses, mas asi mismo y a su vez, eso no quita el hecho de que muy probablemente nosotros también tengamos a algo o alguien a quien darle el rótulo de Dios.